14 abril 2009

Raya roja

Ya todos los cubanos que viven en Estados Unidos podrán viajar a Cuba, falta saber ahora a cuántos de ellos se les permitirá la entrada en su patria. Ninguno de los líderes latinoamericanos que le han pedido a Barack Obama que levante las sanciones a la Isla, le ha dicho a Fidel (porque al final es a Fidel a quien hay que remitirse) que él también tiene que ceder.
Los cubanos son los únicos ciudadanos en el mundo que necesitan de una visa para entrar a su propio país. No sólo se les impide viajar, también tienen restricciones a la hora de volver. Esa raya roja que hay en el aeropuerto José Martí, infranqueable en ambas direcciones por una inmensa mayoría de mis compatriotas, es la mayor afrenta que se le pueda hacer al ideario del Apóstol.
Desde 1902 hasta la fecha, ningún gobierno de Cuba ha despreciado más a su pueblo que la dictadura de Fidel Castro, nunca los cubanos fueron menos ni tuvieron tan poco. Alguna vez José Martí dijo que “la libertad es el derecho que tiene todo hombre a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía”. Ojalá que todos los que intercedan por el futuro de Cuba lo hagan con esa premisa. Más honestidad, menos hipocresía.

5 comentarios:

Gilberto Dihígo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, desdichadamente estamos solos en nuestra agonía.

Ania Puig Chang dijo...

me encantan todas esas fotos de viejas "estaciones..y lo que cuentas..Que gracioso..Yo siempre quise vivir en una de esas casas, la mayorìa azules y blancas..Detràs de todo ese reguero de raìles ..detràs de la Estaciòn de Sagua la Grande, en un miserable barrio llamado Villa Alegre,en una tambièn miserable casa, pasè toda mi infancia....Arrastrè a mi hermano cada manana ..entre todas esas lineas..a veces caminando entre dos trenes(sin m imadre imaginarlo siquiera..camino a la escuela..y allì mismo en los basurales del Ferrocarril..tratamos de hacer volar chiringas"..recogimos bolas de pegar de esos arboles raros..y nunca nos acercamos a una vieja laguna abandonada al costado de los talleres ..por miedo a los dichosos guijes..Las viejas estaciones..y pasar de lado al mediodìa..tiempo muerto..en un Carahata..Yo no se ni como se escribe pero asì le llamabamos a ese pequeno tren inventado..Pues en esa mirada..vamos en el mismo vagòn.Que nostalgia!

Zoé Valdés dijo...

Excelente. Puse dos poemas tuyos en mi blog, aunque me costó trabajo elegir. Ese libro es una maravilla.

Norberto Clemente dijo...

Cuan elocuente y certera verdad!!!!!

Anónimo dijo...

Todo lo que huela a rojo: incluídas las rayas: me cae mal.
Ya desde niño sabía que todo era falso allá.

Dios maldiga a los militares: sean del país que sean.

LEMIS