08 marzo 2010

En Cuba somos ladrones todos

No existe una familia en Cuba, ni siquiera una, que no se haya visto obligada a robar para subsistir. Dos ex novias de hijos de Fidel Castro han contado en público todas las artimañas que esos muchachos perpetran a diario. Hasta ellos se ven forzados a malversar para poder resolver su día a día en un país que la ineptitud de su padre ha llevado a la ruina.
¿En qué hogar cubano no se le ha comprado carne de res a un matarife clandestino? (el código penal es más drástico con quien sacrifica una vaca que con quien mata a una persona, pero ni eso ha logrado persuadir a nadie) ¿Quién no ha comprado leche, huevos, azúcar, café o ron a alguien que antes se ha robado esos productos?
La incapacidad del régimen para dedicarse de manera efectiva a otra cosa que no sea la represión, ha empujado a los cubanos a la indigencia y a una crisis moral que salpica a todas las generaciones y a todas las clases sociales (que las hay y muy bien definidas). Cuando el Estado dicta leyes que ni siquiera sus más altos funcionarios son capaces de cumplir, el delito se convierte en la única manera de supervivencia.
Ya es evidente que dejarán morir de hambre y de sed a Guillermo Fariñas. Las bocinas a sueldo de la dictadura han comenzado una campaña de descrédito contra el opositor cubano. Se le acusa de haber cometido delitos comunes. En un país donde todo se roba y todos roban esa excusa no es suficiente; que se atreva a tirar la primera piedra el cubano que no lo haya hecho en los últimos 50 años. En Cuba somos ladrones todos.

8 comentarios:

Raúl Jorge dijo...

Bien, ahí es donde no te sigo, Venegas. Me resulta particularmente desagradable que se sobredimensione la fealdad de nuestra patria. Recientemente, un alemán de Frankfurt me decía que en Cuba es donde único ha visto que la gente pone en riesgo su trabajo robando para vivir. Y le doy la razón. A medias. Aquellos que están en un lugar donde hay "algo" que "robar" y lo hacen, no son precisamente "todos". Tu razonamiento comete el vicio lógico de "generalización indebida"; basta que te ponga el ejemplo de una familia, de una sola persona que no roba, y se derrumba tu planteamiento. Otra cosa sería tratar de abordar la comleja madeja social que rodea ese fenómeno que tú apuntas como un mal moral, pero sin dejarse seducir por el anecdotismo y la mala fe.

Emil M. dijo...

Los dominicanos se suelen llenar la boca diciendo que en los tiempos de su querido Jefe se podía dormir con las puertas abiertas, y que el único que tenia derecho legitimo a robar era el Benefactor y toda su banda de cuatreros, son de todos conocidas esas historias atroces de cuando atrapaban a un ladrón de calle y la consabida violencia ejercida contra este, el día que sus hijos se fueron se llevaron consigo hasta lingotes de oro, se le abrieron literalmente las arcas nacionales y tomaron todo lo que pudieron montar en el yate de Angelita. Es una pena que los cubanos se vean en la necesidad de robar para cumplir con la sagrada necesidad de comer. Pero llegara el día en que ya no tendrán que hacerlo y me pregunto si se les quedara incrustada la vieja costumbre o la olvidaran para siempre?

Lucia dijo...

Pues yo no creo que es una "generalizacion indebida".En Cuba todos roban empezando por Fidel que nos enseño con su ejemplo. Esa unica familia que no roba sencillamente no existe y no podemos juzgar la moral de nadie frente a la necesidad de subsistir. Conozco a muchisimos cubanos que no roban cuando abandonan Cuba y me incluyo pues es junto a la injusticia el vicio que mas detesto.

Mi padre me hizo devolver un lapiz cuando tenia alrededor de 8 años y fue suficiente para aprender la leccion toda la vida.

Tatiana

Lucia dijo...

Buena foto pero ese lo que se estaba robando era la mujer de otro y esos son otros 20 pesos.

Anónimo dijo...

El porciento que dice Emil es el que toma café robado pero nunca lo roba él...

Lime

Odette dijo...

Es cierto y exacto lo que dice Camilo. Si hay una sola familia cubana que no haya robado alguna vez sería un milagro, no sé cómo comerían o sobrevivirían... y los milagros cada vez existen menos. Y mucho menos en Cuba.
En Cuba robar es tan "normal" que a nadie le parece un delito. Y sí, es una vergüenza nacional. Pero es.

Juan Carlos Recio dijo...

Lo peor es cuando uno roba el sentimiento equivocado de ahí que el amor sea una página díficil.
Juan Carlos Recio

Rodrigo Kuang dijo...

Al que se perdió y no sigue a Venegas cuando emite una generalización tan aplastante como esta, simplemente parece que jamás estuvo en Cuba. Resulta incluso insultante que alguien se atreva a discutirle a los cubanos una verdad como esta, a nosotros que vivimos muchos años entre el espanto y la ternura, nadando día por día en las aguas del mercado negro. Y por supuesto que lo hacía TODO EL MUNDO, sin distinción, porque el más pobre compraba media botella de aceite robada, y el más pudiente metía en su casa camiones con carga malversada, desviada de su ruta original por obra y gracia del poder intocable. Esta era - y es - la única manera de sobrevivir medianamente ante la cada vez más mermada cuota alimenticia, ante la imposibilidad de comprar ropa y zapatos en las tiendas de divisas. Conozco a un humorista muy querido - al que prefiero no mencionar - que, al pasar por una construcción, y ser saludado por los obreros, él les correspondía con un campechano "¡la gente del fachooo!", y ellos se reían siempre con la gracia, jamás se ofendían con algo tan normal. La nueva moralidad de la revolución también nos amplió muchísimo la tolerancia al delito. Yo lo emplazo a que me mencione a esa sola familia que no ha metido las manos alguna vez, en la isla, a ver si de verdad se derrumba el planteamiento. Dale anda, dime una sola, una solita.