04 febrero 2012

El arca de Cuba

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en Noruega, es un auténtico arca de Noé vegetal. En ella se preservan más de medio millón de muestras de plantas. Gracias a esa iniciativa del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos, la mayoría de las especies que han alimentado al hombre están a salvo de cualquier catástrofe.
Al cabo de medio siglo, la revolución encabezada por Fidel Castro ha provocado una catástrofe invaluable en la cultura cubana. Un sinnúmero de signos de identidad (costumbres regionales, tradiciones familiares, comidas típicas y ritos religiosos, entre muchos otros) se han tergiversado o perdido.
El instinto de conservación ha podido más que la identidad. La supervivencia le ha ganado todas las batallas a los valores. Dos o tres generaciones de cubanos nunca han podido probar las recetas preferidas de sus abuelas. Muchas de las cosas que Cuba hizo universales en la primera mitad del siglo XX, ahora se pueden disfrutar en todo el mundo menos en su país de origen.
Algunas calles de Miami se han convertido en un arca. Como en la bóveda de Svalbard, allí se conserva gran parte del patrimonio tangible e intangible que ya se perdió en Cuba. La mayoría de las cadenas de supermercados venden pan cubano. Ese sabor, elemental y definitorio, puede parecerle absolutamente ajeno a la mayoría de los jóvenes en la Isla.
Las semillas de Noruega sólo podrán ser extraídas de su almacén en caso de destrucción de una variedad. El arca de Cuba solo espera, su enorme paciencia ya está más que probada.

2 comentarios:

Belkis Cuza Malé dijo...

La Casa Azul, que fundé en 1996 en Fort Worth, Texas, hzo una exposición de pintura cubana (en el 2001) llamada Cuban Bread, y el cártel de anuncio era precisamente un cartucho de Pan Cubano de Miami.
Bendiciones,

Anónimo dijo...

Mamey, pastica de maní, pastelito de guayaba, batido de papaya, congrí, postas de jutía... adiós. Besos.
LEMIS