09 agosto 2012

El Salmón llegó otra vez al final del río

 
Andrés Calamaro está grabando un nuevo disco y eso, al menos para mí, es una gran noticia. La música del Salmón ha sido, en los últimos 12 años, una de mis mayores fuentes de inspiración. Todos los días, en algún momento, oigo algo suyo y eso siempre me reconforta.
A mediados de la década del 80, el rock argentino influyó de una manera decisiva a buena parte de mi generación. Aquellas grabaciones precarias que llegaron a La Habana de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Juan Carlos Baglietto y Fito Páez nos enseñaron nuevos significados de la palabra la libertad.
Luego, cuando descubrí a Calamaro, sintonicé por completo con unas convicciones estéticas que reafirman mi identidad. Acabo de revisar el contador de mi iTunes y lo confirmo. Oigo mucho más rock argentino que trovas cubanas (con excepción de Carlos Varela y Polito Ibañez, quienes son referencias y auxilios indispensables).
El estudio de grabaciones de Andrés Calamaro se llama Deep Camboya. Es un homenaje a Apocalipsis Now (1979). La película de Francis Ford Coppola transcurre durante un viaje río arriba, idéntico al que hacen los salmones cuando van a fecundar.
Entre marzo y julio, el Salmón ha registrado más de 200 grabaciones. Según  Pablo Plotkin, de Rolling Stone Argentina, ya hay material suficiente para un nuevo disco. Solo falta que Andrés decida cómo va a compartir lo que aún está inédito (ya ha subido buena parte de ese material a su SoundCloud).
“Ya nadie tiene paciencia ni para escuchar una canción entera –se queja el Salmón–. ¡Es mentira que la gente quiere música gratis en Internet! La gente sólo quiere pagar fortunas para ir a un show a cantar las canciones que conoce”.
Aunque eso es cierto, aún quedamos vivos millones de inquilinos del siglo pasado. Para nosotros sí tiene sentido que esas canciones estén disponibles cuanto antes. Yo no necesito ir a un concierto de Calamaro, de hecho nunca he ido a ninguno, para mí lo indispensable es oírlo.
Vamos, Andrés, hay que ganar todo el tiempo que se pueda. Si Fabio Zerpa llega a tener toda la razón, esos marcianos acabarán copando el mundo a traición.

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