21 julio 2015

Ángel Santiesteban y las mandarrias contra los rostros de bronce

Hay un fragmento de película en blanco y negro en que un grupo de cubanos disfruta de la libertad a golpes de mandarrias. Sonrientes, descargan todas sus fuerzas contra un rostro de bronce. Es el de Gerardo Machado, quién acababa de ser derrotado. Corría el 12 de agosto de 1933.
Lo conseguido ese día apenas duró 19 años. El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista dio un golpe de Estado que le puso fin a la vida democrática en Cuba. Durante las próximas seis décadas, los cubanos han llamado a la libertad de muchísimas maneras, pero jamás han podido disfrutar de ella plenamente.
“Apenas hace unos minutos el mayor Adonis y el primer teniente Guillarte me dijeron '¡Ángel Santiesteban, felicidades, usted acaba de ser liberado!'"—así  detalló el escritor el momento en que le dijeron que podía volver a la calle. Antes de que se abrieran las puertas de la prisión, el mayor y el primer teniente le aclararon las condiciones.
Ángel Santiesteban ha escrito varios libros y ha merecido importantes premios literarios, entre ellos el Casa de las Américas 2006. Su novela El verano en que Dios dormía recibió el Premio de Novela Gaveta de Franz Kafka 2013. Reporteros sin Fronteras había exhortado a las autoridades cubanas a que retiraran todos los cargos presentados contra él.
A cambio, el régimen apenas lo ha dejado salir a la calle, donde podrá moverse sin que le pierdan pie ni pisada y tendrá la oportunidad de pararse en el Malecón a mirar el mar. Ángel Santiesteban ahora disfruta de libertad condicional, un estatus muy parecido al que se encuentran otros once millones de cubanos.
En verdad hay muy pocas las diferencias entre estar en libertad o en libertad condicional en Cuba. La más importante de todas es la que ha prometido Ángel: luchar hasta que llegue el día en que las mandarrias vuelvan a descargar todas sus fuerzas contra los rostros de bronce.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escrito con tu acostumbrada luz.
Bendiciones, cubano.